domingo, 21 de febrero de 2016

¿Cuándo aparecen los termómetros de galinstan?

Antes de escribir sobre los termómetros de galinstan®, empezaré a hablar de la toxicidad del mercurio, metal pesado usado en los antiguos termómetros que teníamos siempre en las casas de nuestros padres.

En España, la Orden PRE/222/2009, de 6 de febrero aparecida en el BOE, modificó el anexo I del Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, por el que se imponen limitaciones a la comercialización y al uso de ciertas sustancias y preparados peligrosos (dispositivos de medición que contienen mercurio). En dicha Orden indica que "No podrá comercializarse mercurio a partir del 3 de abril de 2009 en termómetros utilizados como productos sanitarios para la medición de la temperatura corporal, y en otros dispositivos de medición destinados a la venta al público en general (por ejemplo, manómetros, barómetros, esfigmomanómetros y termómetros no médicos)."

El mercurio metálico se ha utilizado durante muchos años en termómetros y tensiómetros, ¿pero de dónde provenía?. El mercurio se encuentra de forma natural en la corteza terrestre y se libera durante las erupciones volcánicas, y como subproducto de las actividades humanas, tales como la combustión del carbón, la minería y el refinamiento de los metales.
Una vez liberado, el mercurio puede recorrer grandes distancias antes de depositarse en la tierra y el agua donde, bajo la acción de microorganismos, forma el metilmercurio.
Este metilmercurio se bioacumula y se vuelve parte de la cadena alimentaria acuática.
El mercurio orgánico es un agente neurotóxico, especialmente para el desarrollo fetal y del cerebro de los niños.
Por eso, cuando los dispositivos usados en casa y en los centros de salud se rompen o tienen alguna fuga, el mercurio metálico se libera al exterior, y cuando inhalamos esos vapores de mercurio puede causar daño a los pulmones, los riñones y el sistema nervioso central. 
Los síntomas de la intoxicación por mercurio debido a exposición crónica pueden incluir temblores, dificultad para respirar, irritabilidad y depresión.
Las medidas restrictivas para el uso de termómetros de mercurio están relacionadas con la protección del medio ambiente, debido a que el mercurio es un metal pesado, altamente contaminante. Los seres humanos están expuestos al mercurio por la contaminación del aire, el agua o los alimentos. 



Por eso, aparecen los termómetros de galinstan®, un metal líquido compuesto por una mezcla eutéctica de galio, indio y estaño, con un comportamiento termométrico similar al del mercurio, pero sin su potencial contaminante.
El termómetro está constituido por una varilla capilar de cristal óptico rodeado de una camisa protectora de vidrio en la cual se forma el depósito de galinstan. Tiene una escala de 35 a 42 oC con divisiones de décimas de grado impresa sobre cartulina y adherida a la varilla capilar situada en el interior de la camisa externa.
La toma de la temperatura debe durar como mínimo 4 minutos. Sirven para medición rectal, axilar u oral. Al ser el galinstan una aleación de componentes no tóxicos, se puede desechar en la basura domestica. En caso de rotura no existe riesgo al manipular este producto, siguiendo las indicaciones del fabricante, ya que el líquido es inocuo y ecológico. La inhalación del líquido vertido no representa una posibilidad de exposición. 

(FUENTES: Sistemas de medición de temperaturas; María Queralt Gorgas)  

miércoles, 10 de febrero de 2016

Los gases: fermentación intestinal por bacterias

Que levante la mano quién no ha tenido gases estomacales o intestinales en algún momento de su vida, de hecho, es algo tan habitual como molesto, porque suelen instalarse en nuestro abdomen provocándonos un molesto hinchazón y dolores causados por ese gas, que queda atrapado en las dobleces del colon.
Habitualmente, los gases se generan en el intestino grueso durante la digestión, a consecuencia de la fermentación de los alimentos que tiene lugar en este proceso, y por el aire que se traga al comer, haciendo que la persona se sienta inflada, y ocasionando a veces dolor abdominal con retortijones o cólicos (de forma aguda).
Es normal que después de la ingestión de este aire o gas junto con los alimentos (especialmente con alimentos líquidos, alimentos batidos y bebidas gaseosas) se eructe suavemente una o dos veces, para disminuir la tensión a nivel de la cámara de aire del estómago. 
Pero claro, cuando el aire del abdomen y del intestino sale al exterior por el recto... llegan los temidos pedos, ventosidades o flatulencias.  Además, en la mayoría de las ocasiones van acompañadas de mal olor. El mal olor de la ventosidad se debe a la existencia de ciertas bacterias presentes en el intestino grueso, que producen gases que contienen azufre (como, por ejemplo, el anhídrido sulfúrico), con un olor característico a huevos podridosSon tan temidos porque la mayoría de las veces no avisan y aparecen en el peor momento y en el más inoportuno, ¿verdad?.


(WCNet)

Un mecanismo muy importante de formación de gases radica en la fermentación intestinal por las bacterias, sobre todo coliformes y anaerobias, fermentan en el íleon terminal y el colon residuos de carbohidratos de alimentos que escapan de ser digeridos y absorbidos en las partes altas del tracto digestivo. La fermentación da lugar a CO2 (Dióxido de carbono) y H2 (Hidrógeno) . También se produce CH4 (Metano) por acción de las Methanobrevibactr smithii en el colon sobre carbohidratos y proteínas. 
Las diferentes concentraciones de los gases expulsados dependerán del balance entre las cantidades de los gases respectivos que ingresan al tracto gastrointestinal, o se producen en él, y las cantidades que salen, o desaparecen, del tracto gastrointestinal con eructos, por difusión hacia la circulación, o por consumo bacteriano.
También los gases pueden ser eliminados en forma de eructos, cuya composición es la misma que la del aire ingerido al cual se agrega CO2 proveniente de difusión desde la circulación y de la acción del HCl (Ácico clorhídrico) del jugo gástrico sobre los bicarbonatos de otras secreciones digestivas.

OTRAS CAUSAS DE LOS GASES

+El consumo de algunos alimentos: alubias, habas, judías, el brócoli, coles de bruselas, la coliflor, repollo, refrescos carbonatados, coliflor, cebollas…
+Una posible intolerancia a la lactosa.
+Comer demasiado, provocando que la comida no digerida aún se convierta en gas.
+Una masticación incorrecta de los alimentos: los trozos no digeridos tardan más en fermentar.
+Comer con la boca abierta, consumir muchos chicles, beber refrescos carbonatados e incluso fumar.
+Algunos medicamentos: laxantes, tranquilizantes, o reductores de colesterol.
+La ansiedad y el estrés.



REMEDIOS PARA LOS GASES

  1. Modifica los hábitos alimenticios y estilo de vida. Disminuye el consumo de alimentos flatulentos, bebidas con gas, comer despacio masticando bien los alimentos sin hablar de forma excesiva, evitar abusar del consumo de chicle o caramelos, practicar ejercicio físico.
  2. Bebe poca cantidad de líquido durante las comidas (agua, vino, zumos) sin gas.
  3. No fumes.
  4. No hables mucho mientras comes y evita hacer ruidos deglutorios al beber.
  5. Las infusiones de tila, anís verde, hinojo, hierbaluisa, menta, poleo, menta poleo, manzanilla reducen los gases intestinales. Cuando comas alimentos flatulentos o cada día después de las comidas o por la noche puedes prepararlas.
  6. Existen condimentos y especias carmitativas para utilizar en la cocina: la menta, hierbabuena, comino, el orégano, el laurel, el anís verde, el anís estrellado, el cardamomo o la canela van a reducir la formación de gases.


(FUENTES: Gases intestinales, Fisterra; Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD); León-Barúa R. Flatulencia. Rev Gastroenterología Perú))