miércoles, 11 de noviembre de 2015

Preguntando a la Boticaria García

Mi entrada de esta semana es una entrevista que le hice a la Boticaria García para la revista del Grupo Farmanova-Cofex de este mes de noviembre. Aquí os la dejo.


"Se llama Marián García y es una de las farmacéuticas más conocidas en las redes sociales. En twitter (@boticariagarcia) se mueve como pez en el agua con casi 6000 seguidores; Es manchega, madre de dos hijos, y actualmente ejerce en la oficina de farmacia de un pueblo de Madrid.
Gracias su afición por escribir, creó un blog: ‘Boticaria García, de salud, nutrición y otras pócimas’ (boticariagarcia.com), donde explica de una forma amena y sencilla cuestiones sobre salud y nutrición.  Desmitifica ciertas creencias sobre temas cotidianos e intenta hacerle frente al todopoderoso Dr. Google, ya que el número de consultas que realiza la gente en internet sobre medicamentos ha crecido muchísimo estos últimos años, no siendo fiables algunas de las páginas donde lo buscan. Ya se sabe que cualquier duda sobre medicamentos hay que consultarlo con los profesionales, en este caso, nosotros los farmacéuticos.
Además, esta boticaria polifacética publicó hace unos meses un libro donde narra siempre con un enfoque muy divertido todas esas anécdotas que  diariamente suceden cuando se trabaja detrás del mostrador de una farmacia, y que ha tenido gran aceptación entre el público y los colegas de profesión (yo entre ellos):  ‘El paciente impaciente’.



+ ¿Qué tal se pasa la niñez en la rebotica de una farmacia?

Mi niñez tuvo un punto costumbrista. Recuerdo las tertulias de rebotica de mis padres con el médico, el veterinario… Hoy en día a los boticarios nos queda poco tiempo para tertulias (aunque Twitter es un sucedáneo 2.0 que no está mal).
Por un lado la rebotica era mi cuarto de juegos favorito. Cuando volvía del cole siempre preguntaba si había llegado algún pedido para convertir las cajas en “barcos” y “naves espaciales”. Por otro lado, como por aquel entonces no había iPads ni sofisticados métodos de aprendizaje de escritura, mis padres me enseñaron a leer jugando con las cajas de los medicamentos, desde la A de Aspirina hasta la Z de Zyloric.


+ ¿Cómo consiguieron tus padres convencerte para qué estudiaras farmacia?

En realidad nunca intentaron convencerme, me dieron todas las opciones. De hecho, mi hermano es arquitecto. Pero sí dijeron una frase que me hizo pensar:
-         Puedes ser farmacéutica y luego escribir en tus ratos libres, pero no puedes ser escritora y luego farmacéutica en tus ratos libres.
Me di cuenta que la profesión de farmacia también me resultaba atractiva y que quizá algún día podría compaginarlo con mi afición por escribir. Y en ello estamos…

+ ¿Qué ha supuesto para ti la repercusión que ha tenido tu libro?

Mmm… ¿además de conocer a Ramón García en la radio? Ahora en serio, nunca hubiera imaginado cantidad de cosas buenas que me han pasado desde que el 19 de febrero se publicó el libro. Desde colarme en La 2 con un pequeño espacio quincenal de divulgación sanitaria, hasta ser la pregonera en las fiestas de mi pueblo, pasando por hacer bolos por toda España con monólogos basados en el libro. Como dicen en mi tierra: pedir más, es avaricia. 

+ Leyendo tu libro me he sentido muy identificado, como seguro otros compañeros de la profesión, ¿te ha sorprendido la acogida del libro entre los boticarios?

Sorprendida y ante todo,  agradecida por el cariño recibido. No te imaginas la ilusión que me hace cuando algunos compañeros me envían por redes sociales fotos con su libro en la rebotica, entreteniéndose durante alguna guardia. ¡Guardo esas fotos con tanta devoción como las de mis hijos!

+ La verdad es que nuestra profesión ocurren muchas anécdotas fuera y dentro del mostrador, ¿cuándo te diste cuenta que era buen momento para recopilarlas?

Escribir un libro de anécdotas es una idea que a muchos boticarios nos ha rondado alguna vez pero siempre hace falta un empujón. En mi caso el empujón fue un mail que recibí de un señor que no conocía de nada, comentándome que había estado curioseando en mis dos blogs y que podría ser interesante que publicásemos un libro. Un mes después firmamos un contrato y cuatro meses después entregué el manuscrito a La Esfera de los Libros. Este señor se llama Lluis Cassany y es mi editor, al que también estoy muy agradecida por haberse tirado a la piscina conmigo. 


+ ¿Eres una paciente impaciente?
Soy una paciente exigente. En el libro hay un apartado de autocrítica en el que hablo sobre los farmacéuticos, que también tenemos nuestras cosillas. Todos tenemos derecho a tener un mal día, pero también es nuestro deber esforzarnos para que los “malos días” no sean crónicos.

+ ¿Cómo eres capaz de compaginar la promoción del libro, escribir tu blog, el trabajo en la farmacia y estar con la familia?

No hay trampa ni cartón: duermo la mitad de lo que debería. 

+ ¿Te parece importante que los farmacéuticos utilicemos las redes sociales?

Cada vez más. Hoy la información vuela y Twitter es fantástico a nivel profesional para estar puntualmente informado de la actualidad sanitaria. Por otro lado, las fanpage de las farmacias en Facebook pueden ser también una estupenda vía de comunicación con los usuarios y un modo de hacer educación sanitaria. Sólo hay un “pero”: si se tienen, hay que saber gestionarlas correctamente. No vale “estar por estar”.  

+ ¿Crees que los farmacéuticos estamos suficientemente valorados por la gente (pacientes)?

Creo que en general despertamos más simpatías a nivel individual (todo el mundo tiene un “farmacéutico de confianza”) que como colectivo. 

+ Una difícil, ¿cómo será la farmacia del futuro? ¿Cómo te gustaría que fuese?

No tengo una bola de cristal así que te diré como me gustaría que fuera: centrada en el paciente y no en las recetas. El exceso de burocracia y los problemas derivados de un sistema muy mejorable son ladrones de tiempo para el paciente. Por concretar algo, empezar por un sistema de comunicación directa con el médico no estaría nada mal.
Y puestos a escribir la carta de los Reyes Magos, me gustaría una farmacia en la que por fin entregásemos las armas (cúters) y se acabasen las guerras (de precios).

+ Desde mi punto de vista, siempre he creído que debería haber más comunicación profesional entre médico y farmacéutico, ¿lo crees tú también?

Por supuesto que lo comparto, debería fomentarse la comunicación tanto a nivel informático (como comentaba en la anterior pregunta) como a nivel presencial. Si nos integrásemos de manera efectiva en los centros de salud, estableciendo reuniones periódicas con el equipo médico y de enfermería, sería un antes y un después para todos. Y el más beneficiado, sin duda, sería el paciente.

+ ¿Qué crees que se podría cambiar en el Grado de Farmacia para preparar mejor a los alumnos en el campo de la farmacia comunitaria? ¿Asignaturas de Atención Farmacéutica quizás?

Empezaría por algo más sencillo todavía: asignaturas sobre comunicación. Los farmacéuticos nos pasamos el día interactuando con el paciente sin haber recibido formación para ello. No basta con tener el conocimiento: hay que saber comunicarlo y que nos entiendan. 

+ Licenciada en Farmacia, doctora en Nutrición y Diplomada en Óptica y Optometría. ¿Para cuándo el Grado de Periodismo?

Te voy a contar algo que no sabe casi nadie. Hace unos siete años empecé Filología Hispánica en la UNED. En aquella época ya estaba trabajando, los plazos para escribir la tesis se me echaron encima… y al final tuve que elegir. ¡Pero amenazo con retomarlo cualquier día!

+Veo que además has colaborado en varias ocasiones para el Blog de las @malasmadres. ¿Crees que el sentido del humor con el que ellas enfocan el tema de la maternidad y la conciliación es importante en la sociedad en la que vivimos?

Precisamente yo me inicié en la blogosfera con mi primogénito “Mi Gremlin no me come”, un blog en el que intentaba desdramatizar la maternidad desde la ironía y el sentido del humor.
Gracias a ese blog entablé una gran amistad con Laura Baena, fundadora del Club de Malasmadres, y con la que colaboro como “asesora sanitaria” de sus más de 100.000 seguidores (que se dice pronto). El éxito del club se debe a que Laura ha identificado esa necesidad real de muchas madres de desmontar el mito de la maternidad de color de rosa y de las superwoman, poniendo un punto de humor en el día a día. 


+Como ya he mencionado antes, en nuestra profesión hay mucha anécdotas, ya tendrás casi para otro libro, no?

Tengo para una enciclopedia por fascículos pero de momento vamos a dejar respirar tranquilos a los “pacientes impacientes”. Eso sí, por si alguien lo duda, no pienso dejar de escribir. Soy malísima abandonando vicios."

Muchas gracias por tu colaboración Marián García.

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