viernes, 18 de julio de 2014

¿Cómo produce un fármaco los efectos terapéuticos en el organismo?

Siempre estamos hablando sobre qué tipo de medicamento (principio activo o unión de varios) dispensamos para una patología determinada y sobre cuál será la forma farmacéutica más indicada para que tome el paciente, pero, ¿cómo produce un fármaco los efectos terapéuticos en el organismo?.
Para que un fármaco produzca sus efectos terapéuticos o tóxicos, debe alcanzar un intervalo preciso de concentraciones en la biofase, es decir, el medio en que interactúa con sus receptores.  Debajo de este intervalo, no se observará ningún efecto farmacológico o éste será subterapéutico; por encima, el efecto puede ser excesivo o pueden aparecer otros efectos no deseados.




Sin entrar en muchos detalles, yaque me llevaría bastantes e interminables post, voy a resumir los procesos por los que la concentración de un fármaco que alcanza en su lugar de acción produce los efectos terapéuticos en el organismo:

a) Absorción, es decir, abarca desde la entrada del fármaco en el organismo utilizando la forma farmacéutica adecuada, hasta los procesos de liberación de su forma farmacéutica, disolución y absorción propiamente dicha. Aquí nos encontramos con un término importante,
la biodisponibilidad de un fármaco, que es la cantidad y velocidad con la que el principio activo se absorbe y pasa a la circulación general, excepto en la vía endovenosa que lo hace directamente. Indica la velocidad y la cantidad de la forma inalterada de un fármaco que accede a la circulación sistémica y, por lo tanto, está disponible para acceder a los tejidos y producir un efecto.
Hay diversos factores que influyen sobre esta biodisponibilidad:

  • Factores fisiológicos: en el recién nacido, especialmente en el prematuro, durante el embarazo y en el anciano puede haber alteraciones de la absorción tanto por vía oral (debido a alteraciones en el pH y en la motilidad intestinal), como por vía intramuscular o subcutánea por alteraciones del flujo sanguíneo. La absorción de los fármacos por vía oral puede alterarse con alimentos o con algún tipo concreto de alimentos, como las grasas. Los alimentos pueden reducir la velocidad de absorción y la cantidad absorbida, pero también pueden no alterarla e incluso aumentarla. La importancia de esta influencia es muy variable y con frecuencia clínicamente irrelevante, por lo que se prefiere administrar los medicamentos con las comidas para mejorar el cumplimiento terapéutico, con la excepción de algunos fármacos como la isoniazida, la rifampicina, la penicilina o las tetraciclinas, que deben administrarse 2 horas antes de las comidas.
  • Factores patológicos: la absorción oral puede alterarse cuando hay vómitos, diarrea y enfermedades digestivas que alteren el vaciamiento gástrico, el tránsito intestinal o la superficie de absorción. Por vía intramuscular y subcutánea son importantes las alteraciones que produce la insuficiencia cardíaca y el choque hemodinámico por reducción del flujo sanguíneo.
  • Factores yatrógenos: hay numerosas interacciones que pueden afectar la absorción, directamente por formación de precipitados que impiden la absorción o indirectamente por producir cambios en el pH, la motilidad gastrointestinal o el flujo sanguíneo.

b) Distribución de los fármacos que permite su acceso a los órganos en los que debe actuar y a los órganos que los van a eliminar y condiciona las concentraciones que alcanzan en cada tejido. 
Para que el fármaco alcance desde su lugar de absorción su lugar de acción, debe atravesar diversas membranas para llegar a la sangre y para pasar de ésta al líquido intersticial y, en su caso, al interior de las células e, incluso, de estructuras intracelulares. El paso del fármaco de la sangre a los tejidos depende de la fijación del fármaco a las proteínas del plasma, ya que sólo el fármaco libre difunde libremente a los tejidos.
Además se usan diferentes tipos de transporte para llegar al sitio donde producirán su acción.
Hay diversos factores que influyen sobrela distribución:
  • Factores que alteran el volumen real: las variaciones de peso influyen en el volumen de distribución total, pero no alteran el volumen/kg. Diversas circunstancias patológicas pueden alterar el acceso de los fármacos a áreas concretas, como sucede cuando hay inflamación de las meninges, en un absceso, en la artrosis u osteomielitis y en la enfermedad renal.
  • Factores que alteran la unión a las proteínas plasmáticas: diversos factores fisiológicos (recién nacido o anciano), patológicos (hipoalbuminemia o hiperbilirrubinemia) y numerosas interacciones pueden alterar la unión de los fármacos a las proteínas del plasma, pero no todos afectan por igual las diversas proteínas.
  • Factores que alteran la unión a los tejidos: cuando el fármaco se une fuertemente a las proteínas plasmáticas y a los tejidos, la disminución en la unión a las proteínas plasmáticas sin cambios en su fijación tisular aumenta el volumen de distribución, pero cuando disminuye simultáneamente la fijación a las proteínas del plasma y a los tejidos, puede no haber cambio en el volumen de distribución.

c) Eliminación del fármaco, sea por metabolismo principalmente hepático o por excreción del fármaco inalterado por la orina, bilis, etc. En algunos casos, este metabolismo puede producir metabolitos activos cuya presencia también deberá tenerse en cuenta. 

La concentración activa del fármaco en el organismo humano disminuye como consecuencia de dos mecanismos: la metabolización y la excreción. 
Los fármacos liposolubles, aunque se filtren por el riñón, se reabsorben y deben metabolizarse (principalmente en el hígado) a metabolitos más polares. Estos metabolitos, junto con los fármacos hidrosolubles, se excretan principalmente por el riñón y la bilis. La mayoría de los fármacos se eliminan, en mayor o menor proporción, por ambos mecanismos.
Las características de eliminación de un fármaco son importantes en el momento de elegir el fármaco adecuado en función de la duración del efecto y del número de tomas deseadas, así como para valorar los factores que pueden alterarlas.

Hay diversos factores que alteran la eliminación de los fármacos:
  • Características individuales: Dotación genética, sexo, edad, recién nacido prematuro y a término, niño, anciano, hábitos dietéticos, y otros hábitos como ejercicio físico, ingesta de alcohol, fumar, embarazo.
  • Factores ambientales: ritmos circadianos, exposición ambiental.
  • Factores patológicos: obesidad, enfermedad renal, enfermedad hepática, insuficiencia cardíaca, y enfermedad tiroidea.
  • Interacciones: inducción enzimática, inhibición enzimática, competición por el transporte activo renal , y cambios del pH urinario.

La intensidad de los procesos de absorción, distribución y eliminación varía con el tiempo; por este motivo, la cantidad de fármaco que hay en el organismo no permanece estática sino que varía con el tiempo. El curso temporal de la cantidad de fármaco que hay en el organismo depende de la influencia conjunta de los procesos de absorción, distribución y eliminación.

En los fármacos en los que el efecto depende directamente de la concentración alcanzada en el lugar de acción y en los que esta concentración en la biofase (el medio en que interactúa con sus receptores) está en equilibrio con la concentración plasmática, es posible establecer una relación entre el curso temporal de las concentraciones plasmáticas y el de los efectos mediante unos parámetros que defino:

a) Concentración mínima eficaz (CME): aquella por encima de la cual suele observarse el efecto terapéutico.
b) Concentración mínima tóxica (CMT): aquélla por encima de la cual suelen observarse efectos tóxicos. El cociente entre la CMT y la CME definen el índice terapéutico del fármaco: cuanto mayor sea este índice, más fácil será conseguir efectos terapéuticos sin producir efectos tóxicos.
c) Período de latencia (PL): tiempo que transcurre desde la administración hasta el comienzo del efecto farmacológico, es decir, hasta que la concentración plasmática alcanza la CME.
d) Intensidad del efecto: para muchos fármacos guarda relación con la concentración máxima que se alcance, pero la concentración en los tejidos puede variar en función de la unión a las proteínas del plasma, el flujo sanguíneo regional o la afinidad del fármaco por un determinado tejido.
Además, hay fármacos cuya respuesta es de tipo «todo o nada» y otros en los que, al haberse alcanzado el efecto máximo, el aumento de las concentraciones plasmáticas no aumenta la intensidad del efecto sino su duración. Si la concentración plasmática supera la CMT, se producirán efectos tóxicos cuya intensidad también dependerá de la concentración máxima alcanzada.
e) Duración de la acción: también llamado tiempo eficaz (TE), es el tiempo transcurrido entre el momento en que se alcanza la CME y el momento en que desciende por debajo de ésta. Hay fármacos, como los que se acumulan en los tejidos y aquellos que tienen acción diferida o irreversible, en los que el efecto se prolongará más allá de sus niveles plasmáticos.


El conocimiento de los procesos de absorción, distribución y eliminación de los fármacos y de los factores que los alteran es esencial para la adecuada selección del preparado farmacéutico, la vía de administración, la dosis y la pauta de administración más adecuados para conseguir la máxima eficacia con el menor riesgo en un paciente concreto.

(FUENTE: un poco de ayuda del libro Farmacología Humana de J. Florez)